Cuando yo era niña vivía en la Arganzuela, muy cerca de la estación de Atocha, que no era tan bonita como ahora, aunque ya estaba llena de viajeros anhelantes por marcharse lejos; y soñaba con irme yo también a lugares lejanos y conocer a personas fascinantes con muchas aventuras que contar. Han pasado muchos años y, hoy, esas personas curtidas en mil experiencias han llegado a la Arganzuela y estudian en Asilim, pero me parecen aun más apasionantes de lo que yo soñaba.
El pasado viernes 19 de octubre de 2018, se celebró el Día Internacional del Voluntario Telefónica, como cada año. Y una vez más, Asilim colaboró con esta iniciativa poniendo a su disposición lo que es y lo que tiene: su local en la calle Arquitectura 15, sus profesores y sus estudiantes. Algunos voluntarios eran nuevos, pero otros repetían de años anteriores, lo que nos hizo saber que andábamos por buen camino.
En esta ocasión se preparó una yincana fotográfica para conocer la Arganzuela, un barrio tradicionalmente obrero que fue creciendo a la sombra del ferrocarril y las familias que acudían a trabajar para él. Para ello, se formaron varios equipos en los que el único requisito era contar tanto con voluntarios de Telefónica como con estudiantes de Asilim dentro de cada grupo, y tener muchas ganas de pasarlo bien. Y a pesar de las nubes grises que descargaron sobre ellos en más de una ocasión, ¡parece que lo hicieron! Con tan solo unas cuantas pistas y fotos elaboradas cuidadosamente por los profesores de Asilim, los esforzados concursantes iban encontrando poco a poco rinconcitos castizos, recuerdos nostálgicos del pasado y realidades culturales del presente… ¡había para todos los gustos!
Después del esfuerzo, voluntarios, profesores y estudiantes se reunieron en el local de Asilim para recuperarse, recibir sus premios (¡hubo un empate entre dos equipos, por lo que se entregó un doble primer premio!), estrechar lazos y degustar platos de varias orillas del mundo. Algunos voluntarios probaron algunos sabores por primera vez y, con ellos, aprendieron nuevas historias y soñaron con viajes y personas fascinantes, como yo los soñé una vez.