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Español para inmigrantes

¿Porqué damos clases de alfabetización en Asilim?

La UNESCO define la alfabetización como «un derecho humano fundamental y constituye la base del aprendizaje a lo largo de toda la vida” que “Por su capacidad de transformar la vida de las personas, resulta esencial para el desarrollo humano y social.». Sin embargo, según sus datos, en 2014 existían en el mundo 907 millones de personas analfabetas, de los cuales dos tercios son mujeres, siendo África y Asia los continentes con mayores índices de analfabetismo. Esto pone de manifiesto que facilitar el acceso a este derecho sigue siendo una tarea pendiente de estados y gobiernos, incluido el español.

En España alrededor de los años setenta se consideró erradicado el analfabetismo y se suprimieron los programas existentes de alfabetización y postalfabetización, por lo que en la actualidad no existen programas gubernamentales que faciliten el acceso a este derecho a personas españolas o inmigrantes, lo que deja esta responsabilidad en manos de Comunidades Autónomas, ayuntamientos y principalmente organizaciones sociales y no gubernamentales. Por otro lado, los programas que existen, están mayoritariamente dirigidos a personas hispanohablantes, por lo que no se adaptan a las necesidades específicas de las personas inmigrantes que no conocen el idioma.

Ha sido muy difícil, en la búsqueda previa a escribir esta reflexión, encontrar datos sobre analfabetismo entre la población inmigrante residente en España: los que encontramos están desactualizados y se refieren exclusivamente a personas documentadas.

Ante esta ausencia de datos, hacemos una reflexión sobre la realidad de las personas inmigrantes no alfabetizadas por puntos que nos parecen esenciales y basándonos en nuestra experiencia con los estudiantes que han participado en nuestros cursos:

● Del gran número de personas analfabetas que se acercan a Asilim, la mayoría están indocumentadas.
● El grueso de estas procede principalmente de África subsahariana (Senegal, Mali, Gambia, etc.) y Marruecos.
● El acceso a sus derechos fundamentales, poseyendo documentación o aún teniendo un manejo suficiente de la lengua, está limitado y condicionado por no saber leer y escribir. El ejemplo más evidente es la obligatoriedad, para obtener la nacionalidad, de aprobar un examen de español y conocimientos culturales que incluye una importante parte escrita. De la misma manera los relega a empleos de nula o muy baja cualificación, a no poder formarse o ni siquiera obtener el permiso de conducir.

En 2010, en ASILIM como respuesta a la heterogeneidad que encontrábamos en nuestras clases, en las que convivían estudiantes analfabetos o con escasas habilidades de lectoescritura y estudiantes de español, se conformó un equipo docente dedicado a la alfabetización y la lectoescritura.

En Alfa, como llamamos cariñosamente al grupo de alfabetización, el trabajo de equipo es fundamental. Las clases se desarrollan en dos sesiones semanales de hora y media, impartidas por tres profesoras cada día. De una sesión a otra se elabora un pequeño informe en el que se resume el avance de cada estudiante y el punto a partir del cual se continuará en la siguiente. El equipo trasciende a las personas que activamente asistimos a clase e incluye a antiguos profes y colaboradores.
Los grupos no suelen tener más de diez estudiantes, puesto que una clase de este tipo exige una atención continua y permanente a cada uno. Por otra parte, las incorporaciones y salidas no se dan de manera simultánea, de modo que se respeta el tiempo, ritmo y progresión de cada estudiante de manera individual.
El método que usamos, propio de Asilim, parte de la metodología de la palabra-generadora y prioriza la motivación del estudiante que, normalmente, desde el primer día siente que es capaz de producir y comprender, y efectivamente lo es. Está organizado en catorce unidades, ordenadas de lo más utilizado a lo menos y de lo más simple a lo más complejo en cuanto a la correlación sonido-grafía.
Entre los principales materiales didácticos se encuentra el cuadernillo de ejercicios, que partiendo de imágenes cercanas y comprensibles, intenta estructurar mecanismos de reflexión que predispongan al estudiante a un aprendizaje significativo, permitiéndole, primero, edificar el significado, para luego leer y escribir la palabra.
El silabeo es otro pilar del método, y en correspondencia, el componedor de cubos es nuestro recurso didáctico estrella pues permite «palpar» la sílaba sin necesidad de asimilarla a nivel teórico. El aprendizaje entonces es intuitivo y funcional. Otros recursos son juegos de tarjetas imagen-palabra, dominós, etc.
En general, se trata de un método orgánico, es decir, «vivo», que se actualiza y crece en recursos, a partir de los aprendizajes de estudiantes y docentes.
En estos momentos, el equipo de profes, revisamos las imágenes y palabras que integran el material, en la búsqueda de incorporar un enfoque de género, generacional e intercultural, que lo acerque a la diversidad del mundo en que vivimos y de ese otro, más justo, equitativo e integrador por el que trabajamos. También vamos añadiendo ejercicios, ajustando los que ya existen y en definitiva adaptando el material a las necesidades del alumnado.
Queda mucho por decir y más por hacer, pero nuestro mayor estímulo para seguir este camino, es ver a nuestros estudiantes avanzar y continuar aprendiendo.
Pronto podrás conocer sus experiencias en primera persona, con sus palabras y rostros, en entrevistas individuales. Buscadlas en el blog de Asilim 😉

Texto realizado por:
Annia Gandón Cabrera
Clara Ruiz Holguín

Acerca de Annia Gandón

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